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Yo también fui gilipollas.

Pensaba que cuanto más newsletters siguiera, más enterado iba a estar.

Más listo.

Más rápido.

Más “al día”.

Pero lo único que conseguía era más ruido.

Más correos que no abría.

Más contenido que no valía ni para limpiarse el culo después de un kebab de las 3 de la mañana.

Más vendehumos gritándome que sin Web8 vas a ser pobre.

Más profetas de LinkedIn soltando que la IA te va a dejar en la calle si no espabilas.

Como tú, también me tragué el circo entero:

Y terminé quemado.

Hasta las narices de tanto iluminado con megáfono.

Y con la sensación de que me estaban tomando por imbécil.

El problema no es la falta de información.

Es que estamos enterrados en basura.